Los humedales desempeñan muchas funciones eco sistémicas, desde proporcionar hábitat a la vida silvestre y satisfacer necesidades básicas de los seres humanos hasta la regulación de procesos atmosféricos y ciclos geoquímicos.
Durante los periodos de lluvia, los humedales urbanos absorben el exceso de precipitaciones, reduciendo las inundaciones en las ciudades y evitando desastres y sus correspondientes costos.
La abundante vegetación que existe en los humedales urbanos sirve de filtro para los desechos domésticos e industriales; esto ayuda a mejorar la calidad del agua. En el ámbito de los servicios culturales, se encuentra el turismo, goce y disfrute existencial y estético, entre otros. A su vez se sostienen la belleza escénica y la valoración espiritual y patrimonial de la biodiversidad.
En la región del Biobío, casi el 90% de la población vive en zonas urbanas y este fenómeno se encuentra en aumento sostenido. A su vez, siete de cada diez personas que viven en zonas urbanas de la región están ubicadas en comunas o concentraciones del área costera. (INE 2017) Esto ha traído consigo una progresiva ocupación y urbanización de éstas áreas urbanas y periurbanas en la zona costera, generando mayores presiones por el uso de espacios de los humedales, siendo amenazados por diversas actividades antrópicas, como la destrucción de sus formaciones vegetales, la contaminación de aguas y generación de basurales, rellenos, desvío y desecamiento de sus cursos de agua, y la reducción de superficie y área de influencia.
La creación del presente circuito en la región del Biobío es una iniciativa del Ministerio de Bienes Nacionales que busca aportar al conocimiento y valorización de la importancia de los humedales. Creemos que ello permitirá ayudar a nuestra ciudadanía a comprender que estos espacios son parte de nuestra identidad regional y que a su vez pueda tomar conciencia y ser parte activa fundamental de su conservación y preservación para las generaciones futuras.