Categoría: Culturales
Sin acta de bautismo, Valparaíso nació y creció popular. Desde la costa se desbordó hacia los cerros, y la gente fundió las tradiciones típicas de un puerto con las campesinas, de quienes arribaron buscando mejores horizontes.

Descripción

Sin acta de bautismo, Valparaíso nació y creció popular. Desde la costa se desbordó hacia los cerros, y la gente fundió las tradiciones típicas de un puerto con las campesinas, de quienes arribaron buscando mejores horizontes.

A ello, se sumó el aporte de inmigrantes extranjeros que también se hicieron un espacio en este valle del paraíso. Incluso cuando la época dorada transformó a la ciudad puerto en faro continental, la vida popular se mantuvo muy vigente y ejerció una atracción para la visita de los foráneos.

La cueca porteña, más cadenciosa que en el resto del país; el tango y el bolero; las procesiones marinas en botes y las de los cerros, con quema de judas incluida; las ferias de antigüedades; los mercados y las menestras; las ramadas masivas en grandes espacios públicos y las más pequeñas y escondidas, casi clandestinas; los prostíbulos famosos y los bares oscuros; y por cierto, el Santiago Wanderers.

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