La ciudad de La Serena se conoce como la segunda más antigua del país, originalmente se fundó al norte del río Elqui el año 1544 y debió ser refundada por Francisco de Aguirre debido a las sublevaciones indígenas.

La evolución de la ciudad se vio marcada en sus inicios por los continuos ataques de corsarios, debiendo ser fortificada durante el siglo XVIII. Durante sus primeros cincuenta años la ciudad cumple una función principalmente de control territorial, albergando los intereses relacionados a la minería y explotación agrícola.

Durante el siglo XIX la ciudad se puebla con la llegada de inmigrantes extranjeros atraídos por el auge de actividades comerciales y mineras. La ciudad de La Serena fue testigo entonces del crecimiento y ocupación de nuevos espacios y surgen barrios como el Santa Lucía ubicado en el tercer “peldaño” de la ciudad.

En la primera mitad del siglo XX se implementa el “Plan Serena”, impulsado por Gabriel González Videla,  el cual  permitió el desarrollo urbano de la ciudad junto con la renovación de la arquitectura que actualmente distingue a numerosos edificios patrimoniales presentes en esta ruta. El estilo arquitectónico utilizado corresponde al renacimiento colonial, cuyos principales elementos pretenden rescatar el pasado de las construcciones hispanoamericanas.